El lanzamiento de una actriz virtual abrió un debate en la industria del cine sobre el uso de la tecnología y su impacto en el trabajo humano.

La creadora británica Eline Van der Velden presentó a Tilly Norwood, una actriz desarrollada con inteligencia artificial, a través de su productora Particle6. Según Van der Velden, el personaje no busca reemplazar a las intérpretes reales sino ser visto como una forma de arte. Explicó que el proyecto pretende reducir costos de producción y ampliar la creatividad sin depender de grandes presupuestos.

La iniciativa, sin embargo, desató críticas en Hollywood, donde el uso de inteligencia artificial fue motivo de huelgas de actores y guionistas en 2023. Actrices como Melissa Barrera y Mara Wilson expresaron su rechazo, al considerar que estas creaciones afectan oportunidades laborales y utilizan material de mujeres reales sin ofrecerles empleo.

El caso recordó a muchos la película Simone (2002), en la que un director desesperado crea a una actriz digital que se convierte en una estrella mundial, planteando interrogantes similares sobre identidad, poder y autenticidad en la pantalla.

Van der Velden insistió en que Tilly es una obra creativa que genera conversación sobre los límites del arte. La controversia refleja el choque entre innovación tecnológica y protección de derechos en la industria cinematográfica, un debate que seguirá vigente en los próximos años.