Carrillo advirtió que, para este 2025, la UNGRD no contará con 2,1 billones de pesos para atender las calamidades.

La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo del Desastre (UNGRD) se encuentra al borde del colapso financiero, justo cuando el país se enfrenta a una creciente amenaza climática. Carlos Carrillo, director de la entidad, ha lanzado una advertencia urgente: el Ministerio de Hacienda aún no ha desembolsado los fondos necesarios para hacer frente a las potenciales emergencias derivadas de la ya declarada emergencia climática de noviembre de 2024.

En un video difundido, Carrillo apeló directamente a la necesidad de estos recursos, enfatizando que la UNGRD está operando actualmente con fondos internos y del presente año, pero que estos son insuficientes para la magnitud de los desafíos que se avecinan. La capacidad de la UNGRD para coordinar eficazmente la respuesta a las emergencias en regiones que ya han agotado sus propios recursos está seriamente comprometida.

Esta no es la primera vez que Carrillo levanta la voz sobre la precaria situación financiera de la UNGRD. Ya a finales de enero de este año, el director, también exconcejal de Bogotá, había alertado sobre las consecuencias del aplazamiento de pagos anunciado por el Gobierno Nacional, motivado por un déficit de 12 billones de pesos en el Presupuesto General de la Nación (PGN).

El recorte presupuestario, según Carrillo, privará a la UNGRD de 2,1 billones de pesos destinados a la atención de calamidades en 2025. Esto deja a la entidad con un presupuesto de aproximadamente 650.000 millones de pesos, una cifra que el director considera alarmantemente baja, especialmente al considerar que la sola nómina de la UNGRD consume cerca de 100.000 millones de pesos.

La demora en la asignación de estos fondos, sumada al drástico recorte presupuestario, plantea serias interrogantes sobre la capacidad del país para responder eficazmente a los desastres naturales. La UNGRD, encargada de liderar la respuesta a estas crisis, se encuentra en una situación crítica, con recursos limitados y una creciente necesidad de asistencia. El llamado de Carrillo pone en evidencia la urgencia de una intervención gubernamental inmediata para evitar una potencial catástrofe humanitaria y económica. La pregunta que queda en el aire es: ¿estará el Ministerio de Hacienda a la altura del desafío a tiempo?