La investigación continúa para determinar la extensión de las operaciones de estas bandas y la posible vinculación de otros individuos en estos delitos.

En una contundente operación contra la extorsión, el Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA) de la Policía Nacional asestó un duro golpe a la criminalidad en Cundinamarca, desarticulando dos bandas dedicadas a la extorsión en los municipios de Fusagasugá y Girardot. Un total de cinco personas fueron capturadas en flagrancia, acusadas del delito de extorsión, tras denuncias interpuestas por las víctimas a través de la línea telefónica 165 del GAULA.

El primer operativo se llevó a cabo en la zona urbana de Fusagasugá, donde se capturó a tres individuos en el momento preciso en que recibían 10 millones de pesos. Este dinero era producto de una extorsión liderada por un sujeto conocido como “El Diablo”, quien amenazaba la integridad física de un comerciante local si este no accedía a sus demandas. Según la investigación, la banda contactaba a sus víctimas telefónicamente, exigiendo un rescate a cambio de la devolución de vehículos previamente robados. Durante la operación, las autoridades lograron recuperar el vehículo sustraído e incautaron dos teléfonos celulares. Lo que resalta la gravedad del caso es que los detenidos contaban con antecedentes penales por delitos graves como homicidio, lesiones personales, concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y posesión ilegal de armas de fuego. Tras ser presentados ante la fiscalía general de la Nación, un juez legalizó la captura, dictando medida de aseguramiento en centro carcelario para dos de los implicados, mientras que a una mujer involucrada se le otorgó arresto domiciliario.

Simultáneamente, en Girardot, un segundo operativo antiextorsión culminó con la captura de dos personas que recibían dos millones de pesos. Este dinero correspondía a una exigencia ilícita realizada a un comerciante de un centro comercial, a quien se le extorsionaba a cambio de la devolución de una motocicleta robada días antes por dos individuos armados. De manera similar al caso de Fusagasugá, los capturados en Girardot también presentaban un historial delictivo que incluía homicidio, lesiones personales y tráfico de estupefacientes. Al igual que sus cómplices de Fusagasugá, fueron presentados ante la justicia y se les impuso medida de aseguramiento.

La efectividad de estas operaciones radica en la colaboración ciudadana a través de la línea 165 del GAULA. El rápido actuar de las autoridades, basado en la información suministrada por las víctimas, fue crucial para desmantelar estas estructuras criminales y recuperar los bienes robados.