Aguaceros refrescan el Sistema Chingaza
Sin embargo, el racionamiento hídrico persiste en Bogotá y Cundinamarca.
En un contraste evidente entre la adversidad y la esperanza, las recientes lluvias torrenciales que han azotado a Bogotá y Cundinamarca han tenido un efecto positivo en el sistema hídrico Chingaza, que ha alcanzado un 50.21% de su capacidad, el nivel más alto en lo que va del año 2024. Esta notoria subida se produce en medio de la segunda temporada de lluvias, que ha dejado a su paso inundaciones y deslizamientos, uno de ellos reportado en Usaquén, afectando a numerosas familias que sufren las consecuencias de un clima extremo.
Según la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca, el sistema ha logrado recuperar en una semana lo que había conseguido en mes y medio, marcando un importante avance desde el 46.34% reportado el 7 de noviembre. A pesar de esta recuperación, el panorama no es del todo optimista. La cifra de 50.21% aún se encuentra considerablemente por debajo del umbral del 66% que se estima debería tener en esta fecha, y más alejada aún del objetivo del 75% que se espera alcanzar para diciembre, meta crucial para asegurar el suministro de agua potable en la región hasta 2025.
La memoria colectiva recuerda el escenario del “Día Cero”, cuando se plantearon medidas drásticas que incluían la suspensión del servicio de agua en varias zonas de la capital. En este contexto, el alcalde de Bogotá, Felipe Harman, ha reiterado que, aunque el incremento en los niveles de agua es una buena noticia, las medidas de racionamiento y ahorro no pueden cesar. "El racionamiento no ayuda a que el nivel del embalse suba, pero permite que el agua no se agote de manera alarmante", enfatizó el mandatario.
Sin embargo, el camino hacia la recuperación del sistema Chingaza enfrenta desafíos significativos. Técnicos de la CAR advierten que para que el embalse de Chuza pueda llenarse adecuadamente, se requieren al menos 30 metros cúbicos de agua por segundo diariamente y un periodo de cuatro meses sin extracción, en un escenario optimista. Esta realidad plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo del recurso hídrico en la región, especialmente ante expectativas de sequía en los meses venideros.
Frente a las inclemencias del tiempo, expertos en gestión del agua como Alfred Ballesteros, director de la CAR, abogan por la implementación de medidas de ahorro y la promoción de técnicas de captación de aguas lluvias en los hogares. "Estamos en un momento crucial, y es vital que la comunidad aproveche los aguaceros de la temporada invernal para prepararse para enfrentar la sequía que tradicionalmente trae diciembre y enero", declaró en un llamado a la acción colectiva.
La situación actual del sistema de embalses en Cundinamarca refleja el carácter dispar de la disponibilidad de agua en la región. Mientras el embalse Neusa se mantiene en un alentador 76.56% y el Sisga en 65.27%, el embalse Chuza presenta una preocupante cifra del 38.40%, lo que subraya la urgencia de un enfoque integral hacia la gestión hídrica.
Así, con una mezcla de esperanza y cautela, la población espera que las lluvias continúen beneficiando el nivel de los embalses, al tiempo que se mantienen firmes las recomendaciones para continuar con el ahorro y la gestión eficiente del agua, elementos indispensables para afrontar un futuro incierto en materia hídrica. La crisis del agua sigue presente, pero el reciente repunte en el sistema Chingaza ofrece un respiro que, con responsabilidad, podría evitar crisis aún mayores en la temporada seca que se avecina.
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