Los municipios que se beneficiarán de esta iniciativa incluyen Arbeláez, Guayabal de Síquima, Jerusalén, Pasca, Tibacuy, San Antonio del Tequendama, San Francisco de Sales, San Juan de Rioseco, Sasaima, Simijaca, Vianí, Viotá y Cáqueza.

En un esfuerzo por mejorar la atención en salud y garantizar un transporte médico seguro para sus habitantes, el departamento de Cundinamarca ha dado un paso significativo al entregar 18 nuevas ambulancias a 13 municipios. Esta iniciativa, que representa una inversión superior a los $5.000 millones, busca reforzar la red de emergencias de la región y asegurar una respuesta oportuna ante situaciones críticas.

Durante el acto oficial de entrega, el gobernador Jorge Emilio Rey Ángel destacó el impacto positivo que tendrá esta inversión en la calidad de vida de miles de ciudadanos. “Con esta entrega, los municipios beneficiarios podrán cumplir el propósito de hacer bella la vida en sus territorios. Esto no solo mejora la calidad de vida de miles de personas, sino que garantiza la continuidad de los servicios de salud, incluso frente a la grave crisis de pagos de las EPS a la red pública”, afirmó el gobernador.

Los municipios que se beneficiarán de esta iniciativa incluyen Arbeláez, Guayabal de Síquima, Jerusalén, Pasca, Tibacuy, San Antonio del Tequendama, San Francisco de Sales, San Juan de Rioseco, Sasaima, Simijaca, Vianí, Viotá y Cáqueza. Esta distribución geográfica es clave, ya que busca atender las necesidades específicas de las diversas provincias del departamento, donde el acceso a servicios de salud de calidad puede ser un desafío.

Además de la entrega de ambulancias, se han concretado convenios con hospitales de Chaguaní, Fosca, Guayabetal, Sutatausa y Yacopí, lo que permitirá la adquisición de ambulancias de transporte básico 4×4. Esta inversión adicional asciende a $1.947.560.305, lo que demuestra el compromiso del departamento por reforzar su infraestructura de salud.

El programa de entrega de ambulancias tiene como objetivo final distribuir un total de 60 vehículos de este tipo durante el cuatrienio, posicionándose como una estrategia esencial para enfrentar los retos de salud de Cundinamarca. Al mejorar la capacidad de respuesta en emergencias, el departamento no solo busca salvar vidas, sino también crear un sistema de salud más robusto y resiliente frente a crisis futuras.