La comunidad y las autoridades vivieron días de incertidumbre que terminaron en dolor y nuevos interrogantes.

El cuerpo de Valeria Afanador Cárdenas, de 10 años, fue encontrado sin vida en una zona cercana al río Frío, en el municipio de Cajicá, Cundinamarca. La menor había desaparecido el 12 de agosto en su colegio, el Gimnasio Campestre Los Laureles, lo que originó una movilización masiva de autoridades y vecinos.

El hallazgo fue confirmado por el gobernador Jorge Emilio Rey, quien expresó solidaridad con la familia y aseguró que este crimen no quedará en la impunidad. El cuerpo fue hallado por un campesino de la zona, y de inmediato la Fiscalía General de la Nación asumió el caso con un equipo forense.

Durante 18 días, más de 200 rescatistas, bomberos y policías buscaron a la niña. La primera hipótesis apuntó a un accidente en el río, pero fue descartada. La investigación avanzó hacia una posible desaparición forzada, con el apoyo de la Interpol y una recompensa de 70 millones de pesos.

El hallazgo cerca del colegio plantea nuevos cuestionamientos sobre la búsqueda inicial y refuerza la exigencia de respuestas claras para la familia y el país.