El helado no solo refresca y alegra, también puede reflejar aspectos de la forma de ser de cada persona.

Una curiosa teoría que circula en redes sociales está despertando gran interés entre jóvenes y adultos.

La llamada psicología del helado sugiere que cada sabor preferido se relaciona con un rasgo de personalidad. Quienes prefieren la vainilla suelen ser clásicos, nostálgicos y valoran los pequeños detalles. Los amantes del chocolate se describen como apasionados, creativos y expresivos, capaces de disfrutar intensamente cada momento.

La fresa atrae a quienes son románticos y optimistas, con un espíritu joven que contagia entusiasmo. En cambio, la menta con chocolate se asocia a personas divertidas y con gusto por lo distinto, siempre en busca de experiencias nuevas.

El pistacho representa a los curiosos y sofisticados, atentos a las tendencias y al buen gusto. Por su parte, quienes escogen sabores exóticos como maracuyá o té matcha tienden a ser exploradores y atrevidos, con una inclinación natural a romper rutinas.

Aunque no se trata de un estudio científico, esta tendencia recuerda que cada elección personal puede ser también una forma de expresión. En cualquier caso, el helado sigue siendo sinónimo de alegría compartida.